Normalmente, a la primera picadora en el proceso de convertir las piedras grandes en piedras pequeñas, se la denomina picadora “primaria”. Una de las quebradoras más antiguas y robustas es la picadora de mandíbulas. En una picadora de mandíbulas, el material se introduce por la parte superior y entra en una cámara que contiene la mandíbula.
A continuación, la quijada presiona el material contra la pared de la cámara con una fuerza extrema, triturándolo en trozos más pequeños. Sosteniendo la quijada se encuentra un eje excéntrico que pasa a través del bastidor del cuerpo. Este eje excéntrico suele tener un volante fijado a cada extremo. El entorno al que se enfrentan el volante y los rodamientos de apoyo excéntricos, a menudo rodamientos de rodillos a rótula, es extremadamente exigente.
Los rodamientos están sometidos a altas cargas de choque, agua contaminantes abrasivos, y calor. A pesar de las exigencias extremas de esta aplicación, las quebradoras de quijadas pueden ser muy fiables, y se consideran críticas en el proceso de producción.
